Estrés 02295...Greece
Un chico de 17 años había sufrido mucho estrés desde los 6 años cuando cursaba el primer grado de primaria, su tensión le provocaba vómitos. Esto empeoraba durante los períodos de examen o al presentar un ensayo en la universidad. Incluso la idea de salir con sus amigos a lugares desconocidos lo hacía sentir muy incómodo, muy nervioso y vomitaba. Los vómitos ocurrían algunas veces cada semana. Su familia lo había llevado a varios psicólogos y estaban a punto de iniciar un tratamiento con medicación alopática. Le preocupaba mucho que no fuera una persona "normal". El chico comenzó vibriónica en octubre de 2013 con:
CC15.1 Mental & Emotional Tonic + OM9 Digestion Psychosomatic + SR327 Walnut...TDS
El paciente llamó en noviembre de 2013 para decir que se sentía mucho más tranquilo y que no había vomitado ni una vez desde el comienzo de la terapia, e informó sentirse menos ansioso aún durante las presentaciones.
Testimonio del paciente:
“¡El monstruo más aterrador del mundo! ¡¡¡Estrés!!!
Mi nombre es Nikolaos Messias y tengo 17 años. Fui contagiado del monstruo llamado estrés desde muy pequeo, específicamente desde el primer grado de primaria. Los síntomas eran en su mayoría vómitos y evitar condiciones estresantes al criar este monstruo cada vez más. Visité a muchos psicólogos con la esperanza de destruirlo, pero enfrenté el fracaso y la decepción. Este año esperaba prosperar con la ayuda de un psiquiatra y pastillas (porque van juntas), pero nuevamente sin éxito. Estaba completamente desencantado y pensamientos aterradores comenzaron a penetrar en mi mente con mi estómago explotando todos los días. Eso fue hasta el momento en que mi madre me presentó una última solución lejos de todas las demás, es decir, los médicos que visité antes; una señora que ayuda a la gente con la homeopatía. La respuesta fue positiva, pero la perspectiva de encontrarme a mí mismo de nuevo ya estaba demasiado enterrada para llegar a la superficie. Después de que fuimos a su casa a conocerla, me dio una botella con bolitas de azúcar que contenían el remedio. Por supuesto a partir de ese momento, vino mi momento de redención del alma. A medida que pasaban los días, no sentía estrés dentro de mí y comencé a salir con amigos nuevamente (lo digo porque vomitaba cada vez que salía sola sin mis padres cerca de mí). Incluso me ofrecí para hacer el primera presentación que tuvimos en la escuela. Me sentí muy asombrado conmigo mismo y era como si hubiera alguien más dentro de mí. No podía creer que fuera yo el voluntario para la presentación frente a mis 25 compañeros de clase en la sala. ¡Al final debo admitir que los vómitos se fueron de vacaciones y espero que nunca vuelvan! ¡Le debo todo a la practicante, porque después de todos estos años de sufrimiento ella logró lo imposible! ¡No tienes idea de lo agradecida que estoy! Muchas gracias por matar a ese monstruo y devolverme a mí mismo para disfrutar de la vida. Gracias."